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Educación: Venezuela, Bolivia y Argentina. Hay que Profundizar.


Pablo Imen, docente e investigador de la UBA, sostiene que en Argentina hay voluntad de recuperar el terreno perdido en el escenario educacional, pero critica que no se debata el propio sentido de la educación, el "para qué se educa". Al analizar el sistema venezolano, que conoce en profundidad, destaca que fortalecer el Estado fue uno de los pasos fundamentales para lograr el avance que logró el gobierno de Hugo Chávez.

"Yo quiero formar ciudadanos protagonistas y participativos, y por eso no puedo decirles a los alumnos que se callen y repitan mis preguntas", subraya Imen. Luego de recorrer el sistema educativo de Venezuela por un mes y medio apunta que "en diez años incrementaron la matrícula universitaria en un 170%" y que los profesores dicen que ellos mismos construyeron la ley de educación que se aprobó en 2009. Con respecto al escenario argentino, el investigador de la UBA apunta que la Ley de Educación Superior argentina es privatista y anti democrática, pero reconoce que "hay un gasto educativo mayor, reconstrucción del salario docente y muchas escuelas construidas". También destaca la política de democratización educativa que impulsan la Asignación Universal por Hijo y las netbooks para todos los estudiantes, porque "tienen como contrapartida la obligación de que los chicos vayan a la escuela".

¿Qué avances observó en el sistema educativo de Venezuela?
Primero, hay una enorme responsabilidad del Estado nacional en asegurar las condiciones para que todos estén en la escuela. La UNESCO declaró territorio libre de analfabetismo a Venezuela en el 2005, a Bolivia en el 2008, a Nicaragua en el 2009 y a cuba en 1961. En la universidad, en los primeros once años de revolución bolivariana, se duplicó el número de estudiantes por cada 1000 habitantes. En diez años incrementaron la matrícula de educación universitaria en un 170%. Pasaron de 537.698 alumnos a 2.120.000. Ellos quieren descentralizar la educación superior en los pueblitos más pequeños que te imagines.

¿Cómo se llegó a generar estos cambios?
Con un Estado que construyó las políticas de manera participativa. Siempre la legislación viene después de la experiencia en el área que sea. Chávez cuando asumió convocó a una constituyente en materia educativa que debatió durante dos años y medio. De ahí salió un documento del que se desprendieron las misiones educativas y luego los congresos pedagógicos bolivarianos. Y recién en 2009 se sancionó la Ley Organica de Educación. Los profesores te dicen que antes un tecnócrata les bajaba la legislación y la que se aprobó hace dos años la construyeron ellos. Hicieron todo un camino de investigación participativa con el apoyo del ministerio. Las instituciones llegaron a la conclusión de que se debe enseñar de otra manera. Vieron que hay que organizar la planificación de otra manera y hay que poner en el centro lo pedagógico y no lo burocrático. La preocupación es que los pibes aprendan.

¿En qué difiere la Ley Organica de Educación de Venezuela con la Ley de Educación Nacional argentina?
Le asigna al Estado un rol mucho más fuerte. Uno puede decir que estamos mejor que en los noventa pero todavía nos encontramos lejos de la responsabilidad que asume el Estado bolivariano al darle un 25% de su presupuesto a Educación. Otra diferencia es el concepto pedagógico, es decir, esta idea de que los currículos son una construcción colectiva que tiene que estar contextualizada, donde el docente juega un papel protagónico, donde se vincula a la sociedad con la comunidad, donde se articula escuela y trabajo, y donde se combaten las concepciones burocráticas del aprendizaje. Acá sigue vigente una idea de calidad educativa vinculada a la rendición de exámenes. Igualmente, son odiosas las comparaciones, son procesos y momentos históricos distintos. No me parece legítimo comparar procesos sociales que son muy distintos. Nosotros estamos hacemos nuestro camino, con todas las complejidades y contradicciones que hay, de lucha contra el viejo modelo neoliberal. Ellos van al socialismo.

Entonces, ¿Hay algo que una a los dos países?
La preocupación por tener un Estado reparador. En América Latina conviven tres proyectos: el continuismo neoliberal (Chile, Perú, México, Colómbia, Panamá), el socialismo del siglo XXI y otro grupo de países que está en un proceso de ruptura con el pasado pero sin proponer el socialismo, como Argentina, Uruguay o Brasil. Tanto los de este último grupo como los del socialismo tienen aspiraciones reparadoras igualitarias y buscan salir del pantano neoliberal de injusticias.

En una entrevista en 2005 dijo que la gestión de Daniel Filmus al frente del ministerio de Educación constaba de una política del espectáculo, con medidas destinadas a sorprender al ciudadano más que a mejorar el sistema. ¿Ve algún cambio en la gestión del ministro Alberto Sileoni o todavía se aplica la misma lógica?
Veo que hay un gasto educativo mucho mayor, reconstrucción del salario docente y muchas escuelas construidas. Hay voluntad de recuperarse. Sin embargo, discrepo con que no entre en discusión el propio sentido de la educación, para qué se educa. Hay núcleos duros que no fueron modificados y van a requerir mucho tiempo. Si traemos lo mejor de los proyectos de Venezuela y Bolivia podremos discutir cosas que hoy no se debaten. Hay que reconocer que la Asignación Universal y las netbooks son medidas de democratización educativa porque tienen como contrapartida la obligación de que los chicos vayan a la escuela. Ahora, ¿Qué entiendo por democratizar la educación? Para mi es democratizar el acceso y el conocimiento, que implica reconocer la diversidad cultural y un tipo de conocimiento vinculado a la vida, el desarrollo omnilateral de los sujetos y el desarrollo de la soberanía cognitiva. Hay que democratizar el poder y el gobierno, la toma de decisiones. En la democratización hay un cambio interesante en la exigencia de que los gobiernos de las instituciones de formación docente sean colegiados, es un elemento valioso, aunque hay que profundizarlo. Yo quiero formar ciudadanos protagonistas y participativos, y por eso no puedo decirles a los alumnos que se callen y repitan mis preguntas.

¿Qué opina sobre que los posgrados en la UBA estén privatizados y que se esté planeando arancelar también algunas carreras de grado?
La ley de educación superior la habilita. Esa ley hay que derogarla. Vos sos de clase media, tenés que pagar. Eso quiere decir “equidad” en la ley. Es una ley privatista y anti democrática. No cambió porque el tema de la universidad es complejo. Hay muchos intereses corporativos. La Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) es un grupo de amigos que avala los planes de carrera. Hay una discusión ahí de quién evalúa y qué se evalúa

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